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La Guía :: Orientaciones
La actitud del educador o dinamizador de grupo Iniciar un proceso de conocimiento y apropiación sobre los derechos es una labor que compromete directamente los valores y la vida de cada uno de los individuos que participan en él. Por tanto, el profesorado, al ser uno de los agentes más activos en este proceso, debe revisar cuidadosamente sus propios valores y actitudes con relación a los temas que cada derecho aborda, de tal manera que pueda orientar el ejercicio y la producción grupal con el mayor acierto posible. La vinculación de los derechos a la vida cotidiana Resulta recomendable asegurar un acercamiento a la realidad de los niños y las niñas eligiendo situaciones o contenidos de aprendizaje vinculados a su propia experiencia. Ello les permitirá establecer relaciones sustantivas entre los conocimientos y experiencias previas y los nuevos aprendizajes. Además, alumnos y alumnas se sentirán fuertemente motivados y los aprendizajes gozarán de mayor significación y funcionalidad. Es importante recodar que la Convención incluye aspectos relacionados con la vida intima de los niños y niñas. Es necesario tener en cuenta que éstos pueden vivir situaciones en las cuales se vulneren sus derechos (discriminación, maltrato, abandono, etc.). Durante el trabajo en el aula, el profesorado deberá mantener una actitud de observación y escucha de las opiniones y expresiones de los niños y niñas y tener la capacidad de orientar los comentarios, reflexiones y vivencias generadas. El ambiente de trabajo en el grupo Procure crear un ambiente de participación en el trabajo del grupo, invitando a los niños y niñas a expresarse y escucharse los unos a los otros, en actitud respetuosa con las diferentes capacidades, opiniones, creencias y tradiciones culturales. Derechos “aquí y ahora” Otros materiales didácticos dirigidos al trabajo sobre los Derechos han dado respuesta al objetivo de que los niños y las niñas se solidaricen con los derechos de los niños y las niñas de países en vías de desarrollo, y conozcan los derechos por comparación con la realidad que en dichos países se vive. Como no podía ser de otro modo, se prestará particular atención a la vivencia por parte de los niños y niñas de sus derechos en el centro escolar: el respeto por su singularidad y dignidad, la atención a las necesidades educativas especiales, la preservación de su intimidad, etc. Capacitar para la acción El educador o la educadora capacitarán al alumnado para la acción. Una acción que debe ir encaminada directamente a resolver un problema percibido como tal, a mejorar las condiciones de vida. Para ello, como señala Bjarme Brunn Jensen, se requiere un trabajo intencionado sobre distintos componentes: • Conocimiento/sensibilización. El alumno o alumna adquirirá un conocimiento acerca de los problemas, su origen y las posibilidades de superación de los mismos. •• Compromiso. Tiene que ver este componente con el hecho de promover en el alumnado el deseo y la determinación de hacer algo en dirección a las soluciones apuntadas. ••• Imágenes sobre el futuro. Disponer de imágenes sobre una vida “ideal” en un mundo “perfecto” representa una precondición para desarrollar la capacidad de acción. •••• Experiencia de acción. Dicho componente hace hincapié sobre la ventaja que comporta la realización de una acción concreta durante el proceso educativo.
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