"¿Y qué hago ahora con las ganas?"

Durante algún tiempo seguirá teniendo ganas de fumar. Un hábito tan antiguo no se olvida en dos días. Pero estas ganas serán cada vez menores, lo que hará su decisión más firme. ¡Compruébelo! Vea cómo, semana tras semana, el deseo de fumar le molesta cada vez menos.

 

Contra la tentación

Beba un vaso de agua o un zumo natural.

Mastique chicle sin azúcar, coma fruta, etc.Ocupe sus manos con algún objeto.

Durante algún tiempo tendrá la sensación de que una voz dentro de su cerebro le incita a fumar. Cuando crea oirla, dígase a sí mismo mensajes positivos. Recuerde con convicción el motivo principal por el que ha decidido dejar de fumar. Afirme con orgullo que es capaz de conseguirlo, que cosas más difíciles ha hecho. Fortalezca su decisión. ¡Dese ánimos!

Usted mantiene con el cigarrillo una relación de amor/odio. Le gusta, pero sabe que le hace daño. Tenga en cuenta que, como cualquier otro “amor”, la nostalgia irá poco a poco desapareciendo.
Dese tiempo para comprobarlo.

 

¿Cómo salir airoso del desafío cuando este deseo aparezca?

Piense que estas ganas como vienen se van. Sólo durante unos segundos tendrá que hacer valer su decisión de no fumar.

Recuerde que cada día que pase, el deseo será menor. Durará aún algún tiempo, pero cada vez le resultará más fácil controlarlo.

Respire profundamente. Aspire el aire por la nariz mientras hincha primero el vientre, y después el pecho. Llene sus pulmones de aire. Reténgalo unos segundos. Expúlselo lentamente por la boca. Concéntrese en su respiración y repita este ejercicio durante unos minutos. Le distraerá y le ayudará a relajarse.