“¿Y si después de todo vuelvo a fumar?”

Sea justo consigo mismo. No se atormente. Dejar de fumar no suele ser un acto que uno decide un buen día y lleva a la práctica. Dejar de fumar es un proceso que lleva su tiempo y, en ocasiones, requiere varios intentos.

 

Siga intentándolo.

Tampoco debe agobiarse. Ahora conoce su hábito mejor que nunca, y algunos trucos para mantenerlo a raya.

Conoce también las situaciones en las que más riesgo corre de volver a fumar. ¡Inténtelo de nuevo!

Ahora no empezará de cero. Es mucho lo aprendido. La próxima vez será más difícil caer en la tentación. Sabrá mejor cómo afrontar esas situaciones difíciles.

Cuando todo esto no resulta suficiente, puede ser recomendable utilizar alguno de los fármacos que en los últimos tiempos han mostrado su eficacia. La orientación médica será imprescindible para el uso adecuado y efectivo de la medicación.

 

Supongamos que después de varios días o semanas sin fumar, ha vuelto a encender un cigarrillo. ¿Cómo actuar?

Bien, deténgase a analizar la situación. ¿Qué ha ocurrido? ¿Cómo se ha dejado sorprender? ¿Qué podría haber hecho en vez de fumar? Un cigarrillo no tiene por qué llevar, necesariamente, a una recaída total. Procure aprender y salir fortalecido de esta experiencia.

Si ha comprado tabaco, tírelo. Relea las razones por las que quiere dejar de fumar. Dígase que puede conseguirlo, que va a conseguirlo, que merece la pena. Respire profundamente. ¡Dese ánimos!

Hay quien deja de fumar a la primera y quien necesita varios intentos. No se angustie. Siga intentándolo. Lo acabará consiguiendo. Lo sabe. Busque un momento adecuado y empiece otra vez. ¡Animo!