Educar para vivir, educar para convivir.

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Más de 70 mil personas jóvenes costarricenses estudian hoy en día en las universidades públicas de su país. Asisten a 5 instituciones distintas y obtienen la formación profesional que requieren para desempeñarse en el mundo laboral. Sin embargo, desde hace un par de décadas, estas universidades se han propuesto algo más que el saber disciplinar. Mayela Avendaño, actual coordinadora de la Red Costarricense de Universidades Promotoras de la salud REDCUPS, lo confirma al recordar que a las universidades “no sólo les interesa que sean buenos profesionales, también que sean personas que aporten a una mejor sociedad, desde su conocimiento y desde su calidad humana…capaces de crear condiciones para la equidad, para sociedades más justas, que aporten a la paz y bienestar de nuestra sociedad”.

Inspirados en esa idea de que se aprende a promover la salud en los ámbitos en donde hacemos la vida, la REDCUPS cumple un año de trabajo en la formación en habilidades para la vida (HpV), de la mano de la Escuela Iberoamericana de Habilidades para la Vida. No ha sido una decisión casual, tiene antecedentes y motivos presentes.

2002, el año de la brújula

Hace 20 años, en 2002, siguiendo la orientación del CONARE( Consejo Nacional de Rectores), las áreas de vida estudiantil de las universidades públicas de Costa Rica asumieron un marco estratégico común para fortalecer las capacidades del estudiantado en sus dimensiones intelectual, biológica, emocional, espiritual y social. Luego de varios proyectos conjuntos, en 2011 se conformaron como REDCUPS y hoy son cinco quienes la integran: Universidad de Costa Rica (UCR), Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC), Universidad Nacional (UNA), Universidad Estatal a Distancia (UNED) y la Universidad Técnica Nacional (UTN). La decisión de trabajar coordinadas y promover la salud en el ámbito universitario ha sido una brújula que les ha orientado en el camino. Apuestan por seres y colectivos con oportunidades de formarse integralmente, capaces de vivir, convivir y cooperar para construir la vida que valoran.

2020, una pandemia vista como oportunidad para ir tejiendo alianzas

Con la irrupción de la pandemia del coronavirus, la REDCUPS empezó a tejer una alianza con EDEX y la Escuela Iberoamericana de Habilidades para la Vida. En conjunto nos propusimos la formación de un equipo de profesionales y estudiantes de las 5 universidades. Se buscaba enriquecer la vida universitaria con este enfoque, capaz de empoderar a grupos y personas, de darles pausas, contrastes, oportunidades de reflexión y acción, de aportar lentes para reconocer de qué recursos se dispone para intervenir en la propia vida y en el contexto donde la hacemos.
Un año y unos meses después, ya son 39 las personas formadas en el tema, algunas a través de El TransCurso, otras a través de Con otros ojos. Entre ellas, encontramos a docentes, profesionales y administrativos de vida estudiantil, así como estudiantes. Un equipo motor con capacidad de jalonar otras iniciativas.

Palabras que reflejan

Los testimonios compartidos por las 39 personas al finalizar sus cursos permiten asomarse a los distintos logros alcanzados:

– “Aprendí mucho. Hay conductas que para mí eran “normales” antes de empezar el curso.”
– “Algo que para mí fue muy importante, fue verme como una persona creativa, lo cual pensé que no lo era tanto”
– “Me conozco mejor y me siento más segura y ahora cuando participo en talleres los disfruto tanto que el tiempo se acaba y no me acuerdo de los nervios. Solo me expreso y comparto.”
– “Aprendí que debemos buscar nuevas formas de solucionar nuestros problemas, innovar. En estos momentos miro realidades de mi vida Con otros ojos”.
– “Este TransCurso ha llegado en uno de los peores momentos de mi vida, pero ha llegado en el momento adecuado”.
– “Termino el curso con la sensación de haber llenado de buenas herramientas mi mochila, con la confianza que irán saliendo y entrando a su tiempo”.
– “Me voy con tantas ganas de planear y organizar nuevas estrategias para seguir descubriendo espacios de diálogo y contribuir para que otras personas puedan ser libres y tomar las riendas de su vida”.

Palabras que reflejan la intensidad del aprendizaje, el fortalecimiento de capacidades, la pertinencia de las HpV y el compromiso con el que se han marchado, tanto a nivel personal como colectivo.

Hacer un semillero

En noviembre de 2021 se produjo una reunión del grupo ya formado, se rememoró el compromiso de crear oportunidades similares para otras personas y se propuso canalizar ese compromiso pensando en proyectos de HpV que se vinculen a temas de interés del estudiantado, ligados a la vida cotidiana; que no trabajen las HpV solas, como contenido en sí mismas, sino como insumo que potencia proyectos en marcha.

Rápidamente saltaron ideas distintas a los tradicionales talleres en donde se exploran una a una las 10 HpV: caminatas, contactos con naturaleza, talleres para hablar en público, exploración del autocuidado, formas de reciclaje, construcción de composteras, reflexión sobre las relaciones de pareja, promoción de voluntariados, aprendizajes sobre cómo hacer duelos, talleres de baile, de comida, de yoga, de cuentos; promoción de las bibliotecas humanas, encuentro con café y con cuento, etc. En todos los casos sumando el enfoque de las HpV, explorando algunas de ellas, las más pertinentes, amarrándolas a la vida cotidiana.

Saber acompañar

Este será el desafío para 2022. Ya se tiene dispuesto que desde la REDCUPS y con el apoyo de la Escuela Iberoamericana de HpV, se acompañará a 7 grupos de trabajo conformados por personas estudiantes, funcionarias o docentes que se pongan de acuerdo en una idea común. Son la apuesta por insertar la formación en HpV dentro de la vida universitaria. Y seguiremos avanzando por el camino de estas universidades que saben que un profesional de calidad conoce su disciplina y también sabe cómo afrontar positivamente la vida, cómo aprender a convivir y trabajar cooperativamente, aportando a objetivos comunes.

La vida creativa. Esas tres palabras fueron las claves del concepto  Salud construido en la Oficina de Bienestar y Salud (OBS) de la Universidad de Costa Rica (UCR), durante el 2019. La definieron como “la habilidad de las personas y colectivos para la adaptación, creación e innovación en nuestro diario vivir”. Si se leen esas palabras con el lente del 2020, parecerían escritas como faro para vivir la pandemia en que nos encontramos. Lo cierto es que no llegaron a ellas por casualidad ni por reacción, sino por decisión. Acá les contamos la historia.

Año de la salud mental

El asunto empezó a finales de 2018, cuando el Consejo Universitario adoptó el 2020 como el año de la Salud Mental. De inmediato solicitó a la Oficina de Bienestar y Salud (OBS) la elaboración de un plan de trabajo para promoverla entre la comunidad universitaria. Como nos comentó Cynthia Córdoba, psicóloga de la OBS, aprovecharon la oportunidad para hacerse dos preguntas clave: “¿Cómo funciona nuestro sistema de salud? ¿Cuál es el concepto de salud que nos orienta más allá de la ausencia de enfermedad?”.

Con la orientación de Alcira Castillo, el equipo de profesionales de la OBS (provenientes de las Ciencias Sociales, la Salud y del Movimiento Humano) reflexionó sobre cómo se construyen la Salud y el Bienestar. Así llegaron a la propuesta de la vida creativa como manera de alcanzarlos: “Implica tomar mayor conciencia de los acontecimientos, sucesos y fenómenos que acontecen en nuestro interior; valorar más y mejor lo existente; identificar oportunidades de mejora; descubrir y aprovechar tanto nuestras propias ideas como las ideas de los demás y transformarlas. Es convertir un momento ordinario en algo extraordinario”.

¿Y el camino?

Este enfoque significaba reorientar los servicios de la OBS hacia la promoción de la salud, una decisión que emocionó a todo el equipo. Ahora era necesario buscar un “cómo” y se pusieron a investigar sobre las Habilidades para la vida. De la mano de Priscilla Piedra e Iván Darío Chahín, ambas integrantes del equipo docente de la Escuela Iberoamericana de Habilidades para la Vida, pudieron conocer cada una de las 10 Habilidades y la propuesta de aprenderlas y enseñarlas de manera vivencial. Al equipo de la OBS le quedó la convicción de que ese podía ser el camino para lograr tener una vida creativa generadora de salud y bienestar, en especial con el enfoque que la Escuela propone: quien fortalece sus “Habilidades para la Vida” se llena de capacidad (se empodera) para afrontar los desafíos que la vida se encargará de ponerle en frente”. Tomado de La Escuela.

Y en esto, llegó el covid-19

La Universidad inició el 2020 con una agenda de trabajo intensa y atractiva, orientada a promover cada mes una de las 10 Habilidades para la vida: en marzo, el pensamiento creativo; en abril, el autoconocimiento; en mayo, el manejo de las emociones y sentimientos; en junio, las relaciones interpersonales; en julio, la comunicación asertiva; en agosto, la empatía; en septiembre, la toma de decisiones; en octubre, la resolución de problemas y conflictos; en noviembre, el manejo de tensiones y estrés; y en diciembre, el pensamiento crítico.

Sin embargo, marzo vino con la covid-19, y enseguida la invitación a disminuir el contacto social y la decisión de la Universidad de promover el teletrabajo redujeron el trabajo presencial. Para un equipo de vida creativa el cambio de condición fue una oportunidad para adaptarse, y lo que estaba pensado presencial se trasladó a la virtualidad. Esto permitió a estudiantado, personal docente, administrativo y directivo de la UCR disfrutar de todo un paquete de mensajes, conferencias y propuestas atractivas y dinámicas para mantenerse sanos, flexibles y vitales. Precisamente en el momento en que más lo necesitaban.

Dar de lo que se tiene

En junio de 2020, la OBS decidió avanzar en la
formación de su equipo en Habilidades para la vida. ¿Qué les movió a tomar esta
decisión? Cynthia Córdoba nos responde: “Dos razones importantes, la
primera que nadie puede dar bienestar si no lo tiene, y por eso enfocamos la
formación en que nuestros colaboradores sientan el bienestar; la segunda, que
necesitábamos que las HpV fueran como la sangre en las venas, que recorriera
toda la oficina, y esto solo se puede hacer con el aporte de todo el equipo de colaboradores”.

A partir de mediados de junio, 30 profesionales que promueven habilidades desde la OBS empezaron a tomar El TransCurso edición XXI: “Ha sido una experiencia muy hermosa, y nos damos cuenta cómo es que la habilidad pasa por, pero no se aprendedesde lo cognitivo. Una de las experiencias agradables ha sido que las tutorías dan testimonio de qué son las habilidades, no las explican, las viven y eso se puede sentir”, comenta Cynthia.

Desde Julio, un segundo grupo de 25 personas de las áreas administrativas y de servicios de la Oficina de Bienestar y Salud, ingresaron a Con Otros Ojos 2ª. Edición. Van por la tercera semana y sus palabras dejan ver cómo avanzan: “Nos da la oportunidad de abrirnos y expresar todas las emociones”. “Noté que en mi crianza me enseñaron a escuchar para contestar y a buscar tener la razón”. “Aprendí a tomar el tiempo para escuchar también las necesidades de la otra persona y darme el tiempo para pensar en mis sentimientos y necesidades”.

Las Habilidades para la Vida en la Universidad

Cerramos la conversación con Cynthia Córdoba explorando qué sentido tiene para una universidad y para su oficina de bienestar incorporar un trabajo sostenido y profundo en Habilidades para la Vida: “Una sensación al hablar con los estudiantes es que el saber académico no es suficiente para ser feliz. Poder saber que somos seres que necesitamos estar integrados, que no somos solo cerebrito caminando, ni corazoncito caminando, sino que tenemos que integrar el saber, el saber hacer y el saber ser”. Sus palabras nos hicieron recordar una reflexión de Fernando Savater a propósito de la Educación: “una cosa es la ciencia que enseña a manejar y a vérselas con los objetos, y otra es la ciencia que enseña a convivir con los sujetos. Lo que necesitamos es una educación que enseñe a convivir con los seres humanos, no sólo a manejar objetos”. Algo en lo cual la Universidad de Costa Rica ya está empeñada.

El Cerro de la Muerte. Así es como las personas de Costa Rica le llaman a la montaña que hay que atravesar cuando se viaja desde San José hasta Pérez Zeledón. En días de buena suerte, suele despejarse y en un punto específico permite ver de un lado el Caribe y del otro el Pacífico, teniendo en medio las montañas y los valles. Un espectáculo que más hace pensar que se trata del Cerro de la Vida o de Buenavista, como también lo llaman.

El viernes 27 de septiembre pasamos por allí, luego de terminar la tarea con el Proyecto Mesoamericano, que nos dio la oportunidad de compartir con los grupos de trabajo de las regiones Caribe y Brunca. En dicho cerro hay un sitio de parada obligada, Los Chespiritos, un restaurante que siempre tiene comida caliente, variada y muy tica. Mientras comíamos, se acercó un señor a saludar. “Marco”, dije, al reconocerle. “Sí, soy Marco Antonio Elizondo, el orientador del liceo Sabanillas, en el cantón de Coto Brus”. Tuve la oportunidad de conocerle en el 2011 cuando empezamos a promover el desarrollo de HpV en la zona.

Un tesoro

Se sentó en frente, y nos contó matices de lo que ha sido su
trabajo con adolescentes en estos 8 años. “La formación en Habilidades para la
Vida la trabajo en las sesiones de orientación grupal, desde séptimo hasta undécimo
grado, cada que tengo la oportunidad. También con profesores y padres de
familia. Lo uso como una herramienta para todos, porque todos ocupamos
desarrollar las Habilidades para poder vivir, para convivir, ser más sanos
integralmente. Para mí, fue como encontrar un pequeño tesoro para trabajar y
para vivir. Lo más valioso es la vida de cada persona, entonces cuando esa
persona desarrolla esas habilidades puede vivir mejor, ser más feliz, más
productiva. Ahí está la riqueza de este tesoro”.

Marcos cuenta que algunos de sus estudiantes del 2011, hoy
ya están graduados de Universidad, que le buscan de vez en cuando en su
colegio, en la oficina donde siempre está, la misma en donde ellos pintaron un
árbol grande con 11 ramas, 10 con las Habilidades y una más, la rama once, a la
que Marcos llama la habilidad de lo espiritual. Cuando recibe sus visitas, dice
que “es una cuestión muy emocionante, algo que uno nota, que ellos agradecen, porque
uno va viendo cómo es que lo aplican en la vida, cómo les sirve para
desarrollarse mejor”.

Menú propio

Las sesiones que Marcos desarrolla en su trabajo como
orientador suelen mezclar aportes distintos. “Principalmente uso videos de Retomemos y las actividades que se
proponen. Cuando hay alguna situación de violencia trabajamos el manejo del
enojo, de la ira. Si es resolución de conflictos, uso el video y agrego alguna
experiencia, algún juego, que enriquece muchísimo el desarrollo de las Habilidades”.

Novedad con
experiencia

Desde el año 2016, el Ministerio de Educación Pública de
Costa Rica ha iniciado un proceso de transformación curricular que Marcos ha
vivido con alegría: “Lo que se pretende es que se desarrollen las lecciones de matemáticas,
español, ciencias, idiomas, todas, y que las personas desarrollen las
habilidades y las competencias. Que la persona no sea sólo de conocimiento,
sino que sepa hacer, que sepa desempeñarse. Fue algo muy emocionante, porque
esto es nuevo para mucha gente del Ministerio, es la gran novedad, pero yo ya
tenía varios años de trabajarlo. Lo viví con alegría al recordar que ya tenía
un camino recorrido, no solamente en el conocimiento sino sobre todo en la práctica,
que es lo más importante en las habilidades”.

Le ha tocado la
persona

La conversación se cierra mientras que él recuerda que las
habilidades no han sido su tema de trabajo sino algo que también le ha tocado
como persona: “Yo he intentado en la vida mía, siempre que voy a hablar de
algo, primero tratar de vivirlo, para que no sean palabras vacías. El hecho de
trabajar con eso, de estudiarlas, lo lleva a uno a revisar la propia vida, cómo
estoy en esa práctica, qué estoy haciendo. Siento que me ha ayudado mucho a
desarrollarme y a crecer como persona, no solo en el trabajo sino en la vida,
en la calle”.

Mientras nos estrechábamos las manos en la despedida, Marcos
agregó: “Quiero enviar un saludo a todas las personas a las que vayamos a
llegar con esta pequeña entrevista; yo les doy este mensaje: las Habilidades
para la Vida se practican, y así es como nosotros podemos desarrollarlas y
aprovecharlas”. La foto lo muestra una vez que terminamos la entrevista.

Talleres de HpV con estudiantes de la Escuela El Cruce, ubicada en Horquetas de Sarapiquí, en la provincia de Heredia. Trabajo desarrollado por Gloriana Meza y Geiner Cárdenas, de la CCSS, desde el año 2013. Foto de Geiner Cárdenas.

Para la Escuela Iberoamericana de Habilidades para la Vida, promovida por EDEX, Centroamérica es una de las regiones en donde mayor cantidad de alianzas y procesos hemos acompañado en los últimos 10 años. En Honduras, Panamá, El Salvador y Costa Rica participamos de proyectos de gran diversidad en cuanto a grupos con los que se trabaja, temas en que se pone el acento, y tipos de organizaciones aliadas. El abanico tiene en común el uso de las Habilidades para la Vida (HpV) como saber-hacer para transformar las vidas propias, prevenir riesgos, promover salud e intervenir sobre contextos injustos e inequitativos.

En este trimestre del 2019 (julio a septiembre) se han
manifestado varios de dichos procesos con hechos que consideramos pertinente recopilar
y compartir en este post. Dan cuenta de la apuesta de la región por afrontar
sus desafíos fortaleciendo HpV.

Dos países, un
consorcio

En mayo de 2018 el consorcio que adelanta el proyecto Senderos Juveniles en El Salvador y Honduras nos convocó para trabajar las Habilidades para la Vida como herramientas de prevención del consumo de alcohol y drogas. En forma simultánea en San Salvador y San Pedro Sula, formamos educadores de las 4 organizaciones del consorcio: Glasswing International, Fe y Alegría, FUNADEH y Catholic Relief Services (CRS). A partir de ese momento empezaron a usar el programa Retomemos como una de sus herramientas de trabajo en Habilidades para la Vida con sus jóvenes, tal como lo contamos hace poco en una publicación.

Quince meses después tienen la percepción de haber alcanzado
resultados positivos, pero todo ha pasado tan rápido que necesitan de un tiempo
para pensar sobre lo realizado y convertir la experiencia en saber nuevo.
Motivados por ese deseo, nos han confiado dos nuevos talleres simultáneos en
San Salvador y San Pedro Sula, para aprender de lo realizado, compartir
dificultades, construir soluciones y refrescar la mirada sobre las HpV y el
trabajo con personas jóvenes, en especial en su desafío ante las drogas. Esto
es lo que hemos hecho en esta primera semana de septiembre.

Eco en Panamá

En julio de este año, David Zelaya, miembro del equipo técnico de Glasswing en Honduras, viajó a Ciudad de Panamá a compartir su experiencia con sus compañeros de dicho país. En un taller de un par de días les contagió su entusiasmo, les formó en HpV y les enseñó el uso de Retomemos, programa que ahora es parte del trabajo que Glasswing desarrolla en Panamá para el empoderamiento juvenil ante las adicciones.

Más en El Salvador

También en El Salvador, inicialmente en el municipio de Zaragoza y posteriormente en el municipio de Santa Ana, la alianza entre el Ayuntamiento de Portugalete, CIDEP y EDEX, tiene ya tres años de trabajo. En la actualidad, se desarrolla un proyecto para mejorar la calidad de la educación básica en el Centro Escolar Católico Ciudad de los Niños, Rafael Campos. En agosto se convocó un taller de Habilidades para la Vida dirigido a docentes del municipio. Fueron 14 horas de trabajo intenso para lograr que en el paso por la escuela se aprenda también a convivir, escuchar, trabajar en equipo y actuar creativamente. Así, con una educación enfocada en las emociones, la capacidad, y las relaciones, esta alianza aporta calidad y calidez a la educación de niñas y niños en la zona.

Costa Rica, múltiples
trabajos madurando en simultáneo

En nuestro post anterior comentamos las experiencias y aprendizajes tejidos en la serie de talleres formativos desarrollados a lo largo y ancho del país en el mes de julio, en alianza con la OPS/OMS Costa Rica y el Ministerio de Salud. Aprovechando la misma visita al país, tuvimos la oportunidad de compartir con más equipos de trabajo. El día 24 de Julio en la mañana se hizo una charla taller con 80 estudiantes de INTEL, en la sede de la empresa, en Heredia. En la tarde del mismo día compartimos con el equipo de Bienestar Universitario de la Universidad de Costa Rica, UCR, en una conferencia introductoria a las Habilidades para la Vida y sus aportes a la Promoción de la Salud. Como resultado del intercambio se han planteado posibilidades de trabajo conjunto que tendremos ocasión de madurar.

El viernes 26 de Julio viajamos al nor-occidente del país y animamos un taller con 60 líderes comunitarios. Nos convocó el Comité de Salud del EBAIS de la Costa, Carrillo, Guanacaste. Al conocer su trabajo comunitario, accedimos con gusto a colaborar con un taller al que asistieron personas de la Junta de Salud de Carrillo, funcionarias de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y de la Asociación de Desarrollo de Playas del Coco, así como vecinas y vecinas del sector. Jugando, escuchando y expresando, aprendimos cómo las HpV sirven para construir salud personal y colectiva.

Contagios en marcha

Al salir del taller pudimos reconectar telefónicamente con
Geiner Cárdenas, trabajador social del área de Salud Horquetas-Río Frío, de la
CCSS. A él y a Gloriana Meza les conocimos en 2012, y les animamos en su deseo
por desarrollar procesos de HpV con niñas y niños de escuelas de su área de
influencia. Geiner nos contó en sus palabras cómo ha madurado la experiencia
desde entonces, un ejemplo de siembra lenta y llena de frutos:

“Allá por el año 2012, cuando nos reunimos con ustedes, empezó la
inquietud de trabajar con el enfoque de Habilidades para la Vida. Entre 2013 y
2015 hicimos el trabajo con 19 estudiantes de primaria en la Escuela El Cruce,
ubicada en Horquetas de Sarapiquí, en la provincia de Heredia. Al finalizar,
empezamos a ver resultados: personas más conscientes de sus fortalezas,
habilidades y debilidades; con capacidad para cambiar; más decididas hacia lo
que quieren; con un manejo importante de sus emociones, sobre todo el enojo y
el estrés; y con capacidad para relacionarse de manera más funcional. Con estos
resultados, expusimos nuestro trabajo y surgió la inquietud de varias personas y
clínicas de empezar un proyecto similar. Facilitamos la estrategia metodológica
y algunos instrumentos de trabajo y se contagió el tema de Habilidades para la
Vida en varios sectores y clínicas del país. En este período 2018-2019 ya hay
mayor cantidad de clínicas, como la de Santa Bárbara de Heredia, la Clínica
Central en la provincia de Heredia, San Ramón de Alajuela, Atenas y nosotros en
Sarapiquí, entre otras. Recientemente, la Coordinadora Nacional de Promoción de
la Salud de la CCSS me contactó para brindar otra capacitación con personas de
las áreas de salud que se ubican en la zona sur de San José. Y si vieras que la
mayoría no conocía el enfoque y terminaron muy ilusionados, con mucha
expectativa positiva porque lo sienten muy integral, aborda muchísimas áreas
necesarias para trabajar con población menor de edad”.

La Siembra Continúa

Inspirados en los distintos procesos que hemos compartido, el trimestre lo cerraremos de nuevo en Costa Rica, a finales de septiembre, en alianza con el Proyecto Iniciativa Salud Mesoamérica. Su interés se ubica en la población adolescente: atención integral y prevención del embarazo. Allí coordinan administrativa y conceptualmente el Ministerio de Salud, el CEN-CINAI, el PANI, la CCSS y el Ministerio de Educación Pública, con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo, BID.

Estaremos en Siquirres (Región Caribe) y en Pérez Zeledón (Región Brunca) dinamizando dos talleres para buscar cómo le aportan las HpV al bienestar adolescente y cómo les empodera ante su salud y sus decisiones. El taller contará con la presencia de educadores de las distintas organizaciones que intervienen, y le entregará a cada persona un kit de material educativo para profundizar en las HpV y desarrollar la toma de decisiones responsables y libres sobre su sexualidad.

Las palabras que están en el título aparecieron escritas en
el relato de evaluación que pedimos al final de uno de los talleres realizados
en julio de este año en Costa Rica. Llamaron nuestra atención porque reflejan
que un abanico de posibilidades se abrió para esta persona en su vida. Quisimos
empezar con este testimonio, que habla de una mente y un corazón que se abren,
para narrar lo vivido durante tres semanas en Costa Rica.

Viejos socios, nuevos
desafíos

Tal como sucedió y ha seguido pasando
desde el 2010
, volvimos a hacer alianza con la Organización
Panamericana de la Salud OPS/OMS
Costa Rica
y el Ministerio de Salud de Costa Rica,
en esta ocasión a través de la Secretaría Técnica de Salud Mental. El desafío
que nos pusimos en esta oportunidad fue doble: por un lado, formar equipos de
personas formadoras en Habilidades para la Vida (HpV)en
todas las regiones del país, buscando que aprehendieran el enfoque, lo
apropiaran y pudieran impregnarlo en los proyectos y compartirlo con otros
grupos institucionales y comunitarios. Por el otro lado, buscamos que la
formación en HpV fortaleciera a las personas y los grupos de trabajo del Ministerio
de Salud, promoviendo el trabajo en equipo, la escucha y el aprender a
convivir.

Desde la Escuela Iberoamericana
de Habilidades para la Vida, promovida por Fundación EDEX, destinamos un equipo de tres personas
formadoras para realizar el trabajo: María José Cuartero, Gladys Herrera e Iván
Darío Chahín. Durante tres
semanas de julio de 2019
, coordinaron 11 talleres, cada uno de ellos
de dos días de duración, a razón de 7 horas diarias. En total participaron 261
personas
, funcionarias del Ministerio, entre ellas profesionales de
salud (medicina, enfermería, auxiliares), educación (pedagogía, antropología),
psicología y trabajo social, así como personal administrativo y de apoyo
logístico. A ellas les pedimos valorar con un número su experiencia de
aprendizaje en el taller y en promedio lo hicieron con un 4,84 sobre un máximo
de 5. Más allá del número, las
personas compartieron por escrito su testimonio
, y de varios de
ellos fuimos dando cuenta en nuestras redes sociales, a medida que el
trabajo avanzaba
.

Ahora, poco más de un mes después de terminado el trabajo,
hemos releído lo escrito por las personas asistentes y encontramos diversidad y
riqueza de las que podemos aprender. Nos hemos tomado el atrevimiento de
seleccionar algunas frases significativas y agruparlas en tres aspectos que se
reiteran en las evaluaciones. Primero, aquello que las personas aprenden de sí
mismas, sus capacidades y desafíos; luego sus hallazgos sobre la manera de aprender
y enseñar HpV; y por último, ese sentimiento de capacidad que experimentan al
final del taller y que deja ver que podemos intervenir en el rumbo de nuestras
vidas y en los entornos en donde la hacemos, eso que llamamos empoderamiento.

Les invitamos a disfrutar de esta selección. Son reflejo de
la manera en que respondimos a la confianza de la OPS/OMS Costa Rica y el
Ministerio de Salud, aportando al crecimiento institucional, colectivo y
personal. Gracias a todas las personas de Costa Rica, siempre dispuestas a
aprender y crecer juntas.

Aquello que las
personas aprenden sobre sí mismas, sus capacidades y desafíos

“Aprendí
que no siempre tengo la razón”. “Entendí
por qué me duele tanto el cuello, que puedo encantar y no cantaletear,
sorprenderme en vez de juzgar y escuchar, escuchar y escuchar”. “Crecí mucho más en estos dos días
que lo aprendido en muchos años”. “Me perdoné y voy con la esperanza de
transformarme”. “Tengo que ser más flexible, no juzgar, alivianarme ante
el estrés y la presión, enfocarme en lo positivo de las personas”. “He
tenido un espacio de salud mental, de autocuidado”. “Pude abrir mis ojos a
otros puntos de vista, logré entender que no vale la pena imponer y que no
existe la verdad absoluta”. “Me llevo la ilusión de mejorar mi
vida”. “Logré hablar, aportar y
participar”.

Hallazgos sobre la
manera de enseñar y aprender

“La diversidad de actividades me
mantuvo en alerta, poniendo atención, participando activamente. No hubo
actividades en donde las personas se sintieran incómodas o en ridículo”. “La
experiencia ha sido emocionante, pausada y desafiante”. “He compartido mucho,
desahogado mucho y reflexionado mucho”. “Me he permitido reconocer en la lúdica una aliada para la
vida, para aprender, desaprender, resignificar situaciones”. “Aprendí
en un ambiente cálido, de escucha, observación, de sorpresa y encanto”. “En
mi interior pensaba que este sería otro taller largo y aburrido, pero la
realidad fue otra cosa, me encantó el taller, fue dinámico e interactivo, muy
enriquecedor para el trabajo personal, laboral y comunitario”. “Jamás creí que con las HpV se disfrutara tanto mientras se aprendía”.

Ganas y capacidades
renovadas para seguir adelante

“Siento energía para continuar”. “Me llevo un gran conocimiento que pienso aplicarlo a cada
situación que enfrente, de hoy en adelante, en mi casa, trabajo, etc.”.
“Logré trabajar con personas que casi no me relaciono”. “Me siento feliz y plenamente convencida de que uno llega al
taller siendo una persona y sale siendo una versión mejorada”. “Me llevo más experiencia
y capacidad para trabajar en grupos y con comunidades”. “Me voy con un material
bello, lleno de técnicas y la cabeza llena de ideas y expectativas”. “Caló 100% en mi vida, ha sido
preciosa esta revisión interior, me deja como expectativa cómo mejorar mi
intervención profesional”. “Además de que aprendí para aplicarlo en mi
espacio laboral, me permitió mirar hacia dentro”. “Salgo de aquí a
disfrutar, saborear y oír con otros ojos mi vida y mi entorno”. “Me llevo
ganas de vivir en armonía con el ambiente, la familia y trabajo”.

Tierra fértil Costa RicaEn Costa Rica existe un grupo musical llamado “Malpaís” que intenta rescatar y destacar las principales características y tradiciones del país a través de su música; en una de sus canciones menciona la frase “Nos falta (…) tierra para sembrar, pero aquí con hidroponía un catre es un lechugal”, haciendo alusión a que a pesar que no se cuente con espacio o recursos suficientes, se buscan los medios necesarios para hacer germinar una semilla hasta en los lugares menos pensados.

Semillas Humanas

Si hablamos de metáforas, quizás la frase anterior es la que mejor puede ejemplificar lo que el Proyecto Tierra Fértil pretende alcanzar, pues su nombre es reflejo de su principal objetivo, ya que éste es un proyecto social y educativo, que busca promover un desarrollo afectivo, personal, social e intelectual, prioritariamente en niños y niñas de la comunidad de Guararí, Heredia; siendo una de las comunidades urbano-marginales del país en donde se presentan altos índices de consumo de drogas, homicidios, violencia, narcotráfico, deserción escolar, entre otras problemáticas sociales.

Dicho Proyecto desarrolla una serie de actividades que pretenden brindar un aprendizaje y formación integral para los niños y niñas, tales como talleres de pintura, literatura, juegos educativos, apoyo escolar, participación en giras socioeducativas, comedor infantil, campañas de salud preventiva y el taller de Habilidades para la Vida; todo lo anterior a partir del apoyo de diversos voluntarios y voluntarias que sábado tras sábado brindan su aporte a esta labor.

El taller de Habilidades para la Vida (HpV) surge a partir de la detección de ciertas necesidades en los niños y niñas de la comunidad a raíz de la zona de vulnerabilidad en la que se encuentran y el poco apoyo o acompañamiento que reciben ante las principales problemáticas sociales que presenta la comunidad y a las cuales se encuentran expuestos a diario.

Todo empezó en un trabajo final

A partir de una propuesta de trabajo final de graduación que abordaba la temática de HpV, desarrollada por Silvia Martínez, una de las voluntarias del Proyecto, se comienza a gestar la idea de implementar dicha metodología con los niños y niñas de la comunidad de Guararí, como una estrategia para que ellos y ellas “construyan actitudes que fortalezcan su autoestima, el aprendizaje, el deseo de superación personal y una visión positiva del mundo”; tal y como lo expresa la misión del Proyecto Tierra Fértil.

De este modo, año tras año, la estrategia va tomando forma y se va consolidando a partir de los logros observados en los niños y niñas que reciben dicho taller. ¿El proceso? Al principio se inició con un solo grupo de aproximadamente 8 niños que tuvieran edades similares (entre 9 y 11 años), los cuales debían matricularse en el taller con el apoyo de sus padres. Actualmente, 7 grupos de niños y niñas han recibido el taller de HpV.

¿Quiénes lo imparten?

El Taller se lleva a cabo con el apoyo de un grupo específico de voluntarios y voluntarias, quienes han recibido el “TransCurso, un espacio para formarnos en Habilidades para la Vida”, impartido por la Fundación EDEX y la Escuela Iberoamericana de Habilidades para la Vida, por lo que ponen en práctica lo aprendido en dicho curso, aunado a las experiencias y conocimientos personales y profesionales de cada uno de ellos.

¿En qué consisten los talleres?

Son 11 sesiones que se desarrollan durante un lapso de dos horas cada una. La primera sesión es un espacio para conocerse mutuamente entre niños y facilitadores, “romper el hielo” y generar los primeros vínculos. Durante las siguientes 10 sesiones se trabajan las 10 HpV, una por sesión, a través, principalmente, de la ludoterapia; es decir, utilizando el juego como principal metodología de aprendizaje. Finalmente, se realiza una sesión de cierre, a modo de convivio, en la cual se rescatan los principales aprendizajes adquiridos durante el taller.

¿Cuáles son los principales logros?

Podrían enumerarse una serie de aprendizajes que los niños y niñas obtuvieron; sin embargo, lo más maravilloso de las HpV es que nunca se termina de aprender y hasta el grupo de voluntarios y voluntarias ha tenido experiencias muy gratificantes. El hecho de ver a una niña, en un principio tímida, logrando expresar sus emociones y pensamientos con facilidad y confianza; un niño potenciando su habilidad de liderazgo positivo y definiendo metas claras para su futuro; varios niños expresando su deseo de desarrollar estrategias que les brinden mejores oportunidades a las personas de su comunidad; y la mayoría de los niños y niñas participantes a lo largo de los años manifestando su deseo de contar con más espacios similares para seguir aprendiendo y expresándose con libertad, demuestran que las HpV en Guararí de Costa Rica están siendo sembradas sobre Tierra Fértil.

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Escrito elaborado por: Stefanie Vargas Carvajal, Trabajadora Social, Asociación Roblealto, Hogar Bíblico, Costa Rica; voluntaria en el Proyecto Tierra Fértil, tefy-3110@hotmail.com

Costa Rica, 2017, portadaEn el inicio de noviembre tuvimos la oportunidad de trabajar con personas del programa Ponele a la vida, convocados por el Ministerio de Salud de Costa Rica y en el marco de un contrato con la Organización Panamericana de la salud, OPS/OMS. En tres días apostamos por crear un nuevo grupo de personas formadoras en Habilidades para la Vida, que promuevan el enfoque en las regiones y lo enriquezcan con su propia experiencia. Salimos muy contentos al comprobar que los objetivos humanos, laborales y ciudadanos que nos propusimos se lograron, y que el programa Ponele a la vida  puede fortalecer su propuesta de actividad física y mejoras de alimentación, con el enfoque de Habilidades para la Vida (HpV).  Una selección de los testimonios finales aportados por las personas deja ver los tipos de aprendizajes que se alcanzaron: TESTIMONIOS COSTA RICA, Ponele a la Vida, Nov de 2017.

Más allá del taller, un hallazgo

Sin embargo, más allá de los resultados del taller de formadores, el hallazgo más interesante que hicimos se produjo al dialogar con las 45 participantes en el mismo. Un amplio abanico de personas provenientes de distintas regiones del país y sectores del gobierno y la sociedad civil: profesionales de salud, educación, líderes de comunidades, animadores de grupos juveniles, infantiles, de tercera edad, personas que trabajan con familias, con programas de protección familiar, de equidad de género, de prevención de violencias, de promoción de la convivencia, de promoción de nuevas masculinidades, de grupos deportivos, de nutricionistas…

Hablar con tanta gente, que se mueve en distintas orillas, nos permitió comprobar que las Habilidades para la Vida son ahora parte íntegra de los programas de gobierno y de las agendas de los distintos sectores. Están presentes en los programas del Ministerio de Salud, de Educación Pública, en la Política Pública de la Persona Joven, en la manera en que el Ministerio de Justicia y Paz promueve la reinserción de las personas privadas de la libertad, entre otros. En ellos se abre paso el enfoque de Habilidades, entendido como estrategia y motor para que cada persona y colectivo haga conciencia de su capacidad de intervenir positivamente en su vida. Enhorabuena. Costa Rica ha logrado potenciar sus distintos programas e iniciativas empleando este enfoque educativo para mejorar la calidad de las relaciones entre personas y empoderarlas frente a sus mundos, llenándolas de capacidad para afrontar sus desafíos.

Mirando al recuerdo

Nuestra primera vez en Costa Rica para trabajar en Habilidades para la Vida se remonta a agosto de 2010. Convocados por la OPS/OMS en el marco del programa Rostros, Voces y Lugares, estuvimos con docentes de 3 escuelas y 1 colegio del Cantón de Corredores, en el sur del país. Allí conectamos con el área rectora del Ministerio de Salud en la región Brunca y de su mano empezamos a promover las Habilidades para la Vida (HpV) con docentes de primaria y secundaria.

La experiencia fue intensa y productiva, tanto que apenas unos meses después la iniciativa rodaba por los cantones de Coto Brus y Golfito, y convocaba a mayor cantidad de actores, hasta lograr incluirse en la Agenda de Desarrollo de la Región, lo que le ha permitido sostener trabajos durante 7 años. También es cierto que en aquel momento el enfoque de HpV no estaba presente en muchas de las agendas de salud, de educación y de desarrollo del país. Aunque también lo es que ya existían en el país trabajos consolidados en el tema, como el realizado por IAFA en el campo de la prevención de adicciones.

Recordamos con cariño la historia de un docente de secundaria de Pérez Zeledón, llamado Maynor Fallas (su apellido era como una premonición, conversamos meses después con él y en medio de sonrisas). En 2012 tomó el taller de HpV y enseguida se propuso trabajar con sus jóvenes estudiantes las Habilidades para la Vida.  En el primer intento las cosas salieron muy mal; en el segundo peor; en el tercero los alumnos le pidieron que dejara de intentarlo. Sin embargo, él tuvo una buena idea, pidió ayuda a una de sus compañeras docentes y juntos empezaron el trabajo que hoy ya tiene 5 años de continuidad y buenos resultados. Una historia inolvidable y que muestra cómo es que en este país le han ido dando sentido propio al enfoque, apropiándolo.

Otra mirada al futuro

Nos compartía Elías Góngora, amigo y tutor de la Escuela Iberoamericana de Habilidades para la Vida, que hay tres verbos claves para poder saborear la vida. Hacer (estar en acción); amar a alguien y esperar, tener esperanza. Los tres verbos están vivos en Costa Rica, vimos personas y colectivos haciendo trabajo serio y continuado en el campo de las habilidades; sabemos que son seres que cultivan amor por su trabajo, por las personas con quienes lo construyen, por sí mismas; y sabemos que cultivan la esperanza de estar sembrando una semilla de futuro distinta, más solidaria, equitativa y humana.  Por eso, la mirada al futuro de este país tiene su sello de esperanza, están actuando, cada quien desde su orilla y con sus recursos y posibilidades, todos buscando formar personas y colectivos capaces de intervenir sus vidas y contextos. Para EDEX Es un privilegio haber estado y estar cerca de este proceso, aprendiendo y aportando.

Astronauta 2017El próximo noviembre nos convoca al equipo de formadores de la Escuela iberoamericana de habilidades para la vida con una variedad de temas, países y talleres, Con las HpV como hilo conductor, los temas pasan por la escuela como foco de convivencia en contextos adversos; por la promoción de estilos de vida saludables en personas jóvenes y por el uso de las tecnologías de la información y la comunicación para que cada persona construya el sentido de su existencia, respectivamente.

Las invitaciones han llegado tanto desde administraciones públicas como desde organizaciones de la sociedad civil y organismos multilaterales en 2 países de las Américas: Costa Rica y México. Todos ellos se preguntan, ¿cómo pueden las habilidades para la vida aportar al logro de sus objetivos? Ese es nuestro desafío. A continuación, una mirada rápida a esta agenda de cierre:

  • En Costa Rica nos convoca el programa Ponele a la Vida, con el que el Ministerio de Salud busca motivar a jóvenes de entre 13 y 15 años a que tengan una vida más activa, que lleven una alimentación sana y puedan prevenir el tabaquismo. Acudiremos los días 31 de Octubre, 1 y 2 de Noviembre para dinamizar un taller de formación de formadores con 45 profesionales provenientes de distintas regiones del país. Personas que trabajan en entidades aliadas del programa: el Ministerio de Educación, la Caja Costarricense del Seguro Social, el Consejo de la Persona Joven y el Instituto Costarricense del Deporte y la Recreación. Desde Ponele a la Vida han encontrado en las habilidades una posibilidad de reforzar sus procesos pedagógicos, de manera que una persona joven adopte comportamientos de cuidado de sí misma, de otras personas y de sus entornos.
  • En el estado de México las administraciones municipales de Tenancingo y Toluca han confiado en Sistemas de Información para la Seguridad Humana S.C. para contribuir al desafío de hacer de la escuela un espacio de convivencia a partir de la vivencia y aprendizaje permanente de las habilidades para la vida. De su mano, iniciamos un proceso con 280 docentes, que incluye formación presencial y en línea, puesta a su disposición de materiales educativos para el personal docente y sus escuelas (Manual de habilidades y la colección completa del programa para el desarrollo positivo de adolescentes Retomemos) que se extenderá hasta marzo de 2018.
  • En Querétaro participaremos en el XIII Congreso Internacional de Educación 5.0 “El hombre digital en busca de sentido”, convocado por La Confederación Nacional de Escuelas Particulares (CNEP), COPARMEX Querétaro, Diócesis de Querétaro, Federación de Escuelas Particulares del Estado de Querétaro (FEPQ) y la Secretaría de Educación del Estado de Querétaro (SEDEQ). En esta ocasión compartiremos una conferencia y un taller, mostrando lo que pueden aportar las habilidades para la vida en la búsqueda de sentido a las personas jóvenes y docentes. Además, mantendremos diversas sesiones de trabajo con organizaciones aliadas y autoridades locales.

Estas sesiones de formación confirman lo que la práctica nos ha estado enseñando: que las habilidades para la vida no son un contenido por enseñar, sino una manera de enfocar la educación que valora tanto los aprendizajes “académicos” como el aprender a convivir valorando otros puntos de vista, aprendiendo a trabajar en equipo y a cuidarse y cuidar, entre otras.

HpV Visión MUndial Costa RicaPor Cristhiam Álvarez, Coordinador de Estrategia e Innovación de Visión Mundial Costa Rica. (cristhiam_alvarez@wvi.org)

En el 2014, World Vision Costa Rica (World Vision) aplicó tres herramientas estándares con la población patrocinada de sus programas en tres regiones del país, con el fin de medir las habilidades para la vida de niñas y niños de forma objetiva y científica, enfocando tres áreas del bienestar en particular: las habilidades fundamentales y esenciales para la vida, los elementos o activos[1] del desarrollo y el alfabetismo funcional.

Los datos tabulados a partir de la aplicación de las herramientas brindan información pertinente, relevante y oportuna tanto para World Vision en el país,  como también para otras partes socias involucradas en el trabajo en pro del bienestar de la niñez y la adolescencia. Se espera que la información de dicho estudio contribuya con los espacios de análisis de distintas instancias, a nivel local y nacional, sobre la situación del bienestar de los niños y las niñas en Costa Rica, con el fin de generar sinergias y esfuerzos conjuntos para reducir las brechas que ponen en condiciones de vulnerabilidad a la niñez y la adolescencia del país.

El enfoque de habilidades para la vida

World Vision define las «habilidades para la vida», como un conjunto integrado de competencias personales, interpersonales y de pensamiento crítico que las niñas y los niños requieren para su desarrollo pleno y productivo. Estas competencias preparan a los niños y las niñas desde que nacen hasta los dieciocho años para que gestionen sus pensamientos, sentimientos y expresiones en la vida cotidiana así como en situaciones difíciles tales como pobreza, crisis, conflicto o marginalización. Para World Vision las habilidades para la vida son un componente central del desarrollo complementarias a las habilidades numéricas y de alfabetismo, pues sin las primeras las últimas son difícilmente adquiridas.

En su marco teórico, World Vision distingue las habilidades para la vida fundamentales, esenciales y aplicadas, desde un enfoque etario. Las habilidades fundamentales se desarrollan en la temprana infancia (de los 0 a los 5 años): percepción, propiocepción, destrezas motoras, ritmo, expresión oral e integración sensorial, que son críticas para el proceso de alfabetización inicial y para las subsecuentes etapas. Las habilidades esenciales se desarrollan de los 6 a los 11 años, enfocándose en: pensamiento crítico, manejo emocional, comunicación, relaciones sociales y responsabilidad social. En la etapa de adolescencia (de los 12 a los 18 años) se distinguen las habilidades aplicadas: estilos de vida saludables, participación y ciudadanía, emprendimiento, construcción de paz, autoprotección, resiliencia y cuidado del medioambiente.

HpV

El enfoque de World Vision sobre las habilidades para la vida considera cuatro principios esenciales: que la mayor parte del aprendizaje de los niños y las niñas sucede en etapas iniciales de su desarrollo, que requieren ambientes seguros para que ese aprendizaje sea efectivo, por medio de la atención amorosa y consistente, la aceptación y la ternura de al menos una persona adulta, y que aprenden jugando y explorando, observando y emulando lo que las demás personas hacen. No obstante, y desde una perspectiva ecológica, ese proceso de aprendiencia toma lugar por medio de interacciones con los distintos ambientes en los cuales los niños y las niñas crecen, por ello World Vision aplica un enfoque basado en la comunidad, haciendo conciencia sobre la importancia del desarrollo de esas habilidades en los niños, niñas y adolescentes.

En ese sentido, Search Institute®[2] define los «elementos del desarrollo» como el conjunto de destrezas, experiencias, relaciones y conductas que potencian el crecimiento de niñas y niños, contribuyendo con su formación como personas adultas, desde la premisa de que si las personas adolescentes y jóvenes cuentan con abundantes elementos del desarrollo tendrán mayores oportunidades de crecer en forma saludable y positiva, previniendo al mismo tiempo la aparición de trastornos emocionales o de comportamiento.

Sobre los resultados

Del estudio se concluye que, en general, los elementos internos y externos que inciden en el desarrollo y bienestar de los niños y las niñas tienen puntajes aceptables pero no óptimos, en los cuales aún queda mucho trabajo por hacer. Uno de las dimensiones que genera mayor preocupación es la del uso positivo del tiempo libre, donde las personas adolescentes manifiestan mayores desafíos y limitados espacios en sus distintos contextos familiares, comunitarios, escolares y sociales. Lo anterior subraya –al igual que otros estudios que se han acercado al tema– la importancia de identificar estrategias de acompañamiento que generen mayores espacios desde la recreación, la cultura, el arte y el deporte para los distintos grupos etarios.

Por su parte, las habilidades esenciales y fundamentales para la vida (aquellas que empiezan a desarrollarse desde muy temprano en la infancia) evidencian serios rezagos acorde con las edades de los niños y las niñas a quienes se aplicó la herramienta, logrando un promedio general de 2,26 (a todos luces deficiente si se compara con el promedio esperado para la edad de 3,0). Habilidades tales como expresión figurativa (uso de la imaginación y la creatividad), análisis y aplicación de distintos lenguajes simbólicos y literales, así como el uso de las habilidades numéricas evidenciaron promedios por debajo de lo esperado para las distintas edades. Lo anterior preocupa no solo por sus implicaciones para el desarrollo de otras destrezas de índole académica sino por su impacto en el desarrollo integral de los niños y las niñas.

Finalmente, se confirma un importante rezago en términos de las destrezas de lectoescritura de los niños y las niñas; es preocupante que solamente el 17% de ellos y ellas puedan inferir a partir de lo leído, es decir, hacer uso del pensamiento crítico a partir de la comprensión lectora, en una etapa en la que dicha habilidad ya tiene que estar lo suficientemente desarrollada para su desempeño en el sistema educativo pero también para su integración productiva como ciudadano.

 [1] Del inglés assets. En este documento se define como todo bien o recurso no material que forma el capital social del cual disponen las personas adolescentes y jóvenes en sus entornos o contextos (familiares, comunitarios, sociales), así como en el nivel personal (elementos internos y externos del desarrollo).
[2] Para mayor información, por favor dirigirse a: http://www.search-institute.org/research/developmental-assets
Taller juevesTuvimos un noviembre agitado en Costa Rica. En el lapso de seis días laborables nos unimos al equipo de la Regional Brunca del Ministerio de Salud y promovimos una reunión de coordinación con otros actores y sectores, cuatro talleres de formación y un intercambio de experiencias. Al hacer la enumeración puede parecer que se trata de un listado de acciones, tal vez dispersas. Sin embargo, vale la pena recordar que nuestra alianza con la Región Brunca data ya de 5 años.

Un tejido de alianzas

Todo empezó en el 2010 cuando invitados por la Organización Panamericana de la Salud OPS/OMS y su iniciativa Rostros, Voces y Lugares, llegamos por primera vez al Cantón de Corredores e iniciamos trabajos de la mano de dos escuelas rurales y un colegio urbano, siempre con la coordinación y liderazgo del área de Salud del Cantón. Desde entonces, nuestro aporte quedó dentro de la agenda de salud de la Región y eso permitió que rápidamente pasáramos a trabajar en Coto Brus y en menos de un año cumpliéramos la ilusión de formar un equipo de formadores. Luego seguimos hacia otros cantones de la región como Golfito, Pérez Zeledón, Osa y Buenos Aires.

En todas las ocasiones, como ahora, el trabajo realizado fue parte de una cuidada red de alianzas que se tejen en el sur de Costa Rica desde hace años. Eso explica la presencia de distintas entidades como el Patronato Nacional de la Infancia PANI, el Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia IAFA, la Caja Costarricense de Seguro Social CCSS,  el Ministerio de Educación Pública, las administraciones municipales y la OPS/OMS, entre otras.

Siembras

Por estos antecedentes es que la semana del 16 al 20 de noviembre de 2015 se convirtió en siembra y cosecha de frutos. La siembra fue la que motivó la reunión interinstitucional promovida el día 13 en San José. Participaron personas de distintas áreas del Ministerio de Salud, del IAFA, de la Red de Determinantes Sociales, del Ministerio de Educación y de EDEX. El encuentro dejó ver cómo es que la Región Brunca ha venido construyendo promoción de la salud en su zona, a partir de su trabajo en Habilidades para la Vida. Esto mismo generó interés del propio Ministerio de Salud, que precisamente por estos meses estrena su Dirección de Promoción de la Salud. Además, quedó en agenda el mantener estos contactos que prometen buen encaje.

Cosechas

La cosecha se vivió el miércoles 18, en el marco de un intercambio de experiencias de la Región en Habilidades para la Vida. De repente, fuimos sorprendidos por cinco adolescentes de Coto Brus, que llegaron encarnando a los personajes del programa Retomemos. Tomaron la palabra, nos contaron lo que hacían y lo pusieron en la práctica, incorporando al público en varias ejercicios de aprendizaje y reflexión.

Luego, aparecieron cinco niñas y niños de Osa, con su profesora y tres practicantes. Nos contaron que eran parte del grupo “problema” de su escuela y que gracias a un pedido de auxilio hecho por su docente, decidieron trabajar con este grupo las Habilidades para la Vida a partir del programa La Aventura de la Vida. Unos meses después todos encontraron los resultados esperados: el clima del aula mejoró, el aprendizaje también y del grupo problema que fueron sólo quedó la anécdota.

Siembra-Cosecha

Y para cerrar, tuvimos una mezcla de siembra-cosecha en los 4 talleres de formación que realizamos, dos en Osa y dos en Buenos Aires. Nos juntamos poco más de 100 personas en total, algunas novatas en el tema y otras con experiencia. Mezclando novedad con experiencia, logramos crear ambientes de aprendizaje cálidos, profundos y divertidos.  Algunos testimonios ofrecidos por las personas al finalizar los eventos, nos dejan ver cómo fue la vivencia:

  • “Me asombró, primera vez que asisto a un taller donde no sentí aburrimiento ni un segundo. Para mi criterio, súper excelente”.
  • “Me encanta la forma tan motivadora como recibí este taller. Creo que me comprometí y me casaré con el programa Retomemos. Todo ha sido genial, gracias”.
  • “Quisiera que todos los niños de primaria y secundaria de Costa Rica recibieran la educación del programa EDEX. Para mí fue excelente”.

Más que seis días de trabajo

Eso es lo que hemos venido tejiendo en Costa Rica. Más que seis días de trabajo son ya cinco años tejiendo de la mano de la Regional Brunca del Ministerio de Salud para fortalecer el aprendizaje de Habilidades para la Vida en niñas, niños y adolescentes de la Región, en sus docentes y en los profesionales de las instituciones públicas que trabajan en el área. Nos llevamos buenos frutos de esta cosecha, un buen paquete de aprendizajes y dejamos nuevas semillas en manos de la gente del sur de Costa Rica.

Grupo reducidaTestimonios

Esta historia inicia con testimonios  que introducen el hecho por comunicar: “me encantó, disfruté, aprendí, clarifiqué conceptos, compartí con muchas personas, establecí compromisos”; “El taller rompe con muchas cosas…sin embargo,¡siento tan fácil dar ese paso!”; “es la primera vez que todos crecemos sin penas, sin quejas”; “aprendí que lo más importante y primordial es el ser humano”;“el primer día quedé encantada, no me aburrí, el segundo día descubrí que el aprendizaje era haciendo, ¡qué riqueza!”; “he podido interiorizar el trabajo en habilidades, lo he vivido, comido y respirado”; “miro con esperanza mi futuro”; “se valoraron detalles que hicieron de esta experiencia algo para nunca olvidar”.

¿De dónde provienen?

Ahora agregamos contexto. Los testimonios provienen del trabajo realizado por 30 personas que durante una semana protagonizaron el evento “Habilidades para la Vida,taller para aprenderlas y enseñarlas”. Todas ellas son parte del equipo del Instituto Sobre Alcoholismo y Farmacodependencia, IAFA,  en distintas regiones de Costa Rica, cargadas de experiencia y conocimiento en el tema.  El escenario del encuentro fue inmejorable, un hotel en Heredia que luce en sus ventanas un letrero cierto: “Nuestro mejor cuadro son las ventanas”. Por donde te asomes, se ven flores, plantas y árboles llenos de color y diversidad.

Allí mismo fue  donde tuvimos la oportunidad de facilitar el citado taller. Iniciamos el día 17 de Noviembre y terminamos el 22 en la tarde. Fueron 40 horas de intenso aprendizaje sobre las Habilidades para la Vida. De la experiencia, surgieron los testimonios compartidos, todos ellos con acento en la capacidad de transformar-se: “Hoy, al concluir este proceso, me doy cuenta que a través de mi ser puedo impactar y transformar mi entorno…y eso no lo cambio por nada”.

IAFA, pasado y presente ejemplar

Para Fundación EDEX fue un honor ser convocado por IAFA para concebir y facilitar este taller, porque se trata de una organización gubernamental que ha marcado diferencias, antes y ahora. Del pasado llama la atención que celebra 60 años de existencia, como pocas (¿o ninguna otra?) en América Latina. Esto quiere decir que el propósito de prepararse para afrontar el desafío de las drogas tiene ese tiempo de experiencia acumulada en el país. En su presente destaca el programa Aprendo a Valerme por mi mismo, que promueve la enseñanza y práctica de las Habilidades para Vivir en la población de preescolar y escolar, como estrategia para prevenir y rechazar el consumo de drogas. Su cobertura es total en el país, alcanzando más de 300 mil niñas y niños y más de 18 mil docentes, cada año.

Un ejemplo de lo que significa este Instituto en Costa Rica se refleja en la información publicada el día 30 de Octubre de 2013 en el Semanario Universidad, en donde  IAFA aparece como la tercera mejor institución pública calificada por jóvenes entre 17 y 29 años de edad, con un 72,5%.

Sentar bases, el principal logro

Días después de terminado el taller, conversamos con Hellen Zúñiga, encargada del proceso de capacitación, asesoría y seguimiento de IAFA, quien destaca lo que este evento ha permitido: “compartir una misma experiencia de cómo trabajar, enseñar y vivir las habilidades, y a partir de ahí sentar una base más homogénea de lo que queremos. A veces sentíamos que estábamos jalando como una carreta de piedras y creo que ahora va a ser más liviana… se nos va a facilitar como institución, como personas y como profesionales”.

Desde Fundación EDEX tenemos la intuición de haber iniciado el tejido de una alianza que nos permita mantener vivo el intercambio de saberes y experiencias que desde cada lado hemos cosechado. Estos 5 días, este grupo y este taller, así lo sugieren y este testimonio parece confirmarlo: “llevo una semillita que tengo la oportunidad de hacerla crecer, porque cayó en tierra fértil”.

Una promesa que tiende a cumplirse

Desde hace varios años hemos acompañado experiencias de Costa Rica en campos diversos del desarrollo humano, como la prevención de las adicciones, los derechos de la infancia, la sexualidad, la prevención de la violencia y la formación en Habilidades para la Vida, entre otras. En 2000, la alianza con la organización Vida y Sociedad hizo posible la aplicación y evaluación del programa La Aventura de la Vida; en 2010, la colaboración con Fundación Paniamor facilitó la emisión de la serie de animación Cuentos para conversar en Canal 7, en el marco del mes de la infancia; desde ese mismo año y hasta ahora acompañamos a la OPS y al Ministerio de Salud en su iniciativa de Alianza Salud, Educación y Desarrollo en la Región Brunca; en 2013 apoyamos a un grupo de 7 instituciones que trabajan con gente joven en Curridabat en la prevención de violencias. Ahora hemos actuado de la mano de IAFA. Todo esto confirma que en Costa Rica se va forjando una promesa que se cumple y se renueva. Es, sin duda, una tierra llena de gente y condiciones fértiles donde nos sentimos como en casa.

En anterior entrada dábamos cuenta de cómo habían tenido lugar nuestros primeros encuentros con organizaciones de iniciativa social en Latinoamérica y el Caribe, así como de la naturaleza y alcance de los más de cien proyectos que a lo largo de los últimos 20 años hemos desarrollado en el marco de la Cooperación Internacional al Desarrollo. Nos referiremos en la presente a otros aspectos que, en alguna medida, van más allá de dicho marco.

Acuerdos y contratos con administraciones

En no pocas ocasiones, las organizaciones del Sur con las que colaboramos en la aplicación de los programas educativos han recibido apoyo o han sido contratadas por administraciones públicas de sus respectivos países o por agencias de diverso tipo. En otras, tales contratos han sido ejecutados en asociación con las mismas, y no han faltado acuerdos firmados directamente entre EDEX y gobiernos nacionales o locales de diferentes países.

Es el caso Naciones Unidas, que nos contrató como parte del equipo internacional de expertos que visitaría 17 instituciones penitenciarias colombianas para redactar un Informe acerca del modo en el que habían sido empleados los fondos destinados a mitigar los problemas asociados al abuso de drogas en el interior de las mismas; de la Junta Nacional de Drogas del Uruguay, para la emisión en la televisión pública de nuestra serie en dibujo animado Cuentos para Conversar, así como para la edición de material didáctico correspondiente al programa La Aventura de la Vida; del Gobierno de Cuba, para la aplicación, desde 1998, del mencionado programa, al igual que sucediera entre 2001 y 2011 en el caso de la Municipalidad de Las Condes, en Chile. También la Alcaldía Mayor de Bogotá contrató con la alianza PROINAPSA-UIS/EDEX, en 2009 y 2010, la aplicación de programa La Aventura de la Vida. Otra alianza, en este caso de instituciones públicas y privadas lideradas por la OPS y el Ministerio de Salud de Costa Rica, nos ha venido contratando desde 2010 para formar en Habilidades para la Vida a agentes de salud y a docentes, e implementar los programas La Aventura de la Vida y Retomemos en la Región Brunca. En 2013, la Secretaría de Educación Pública del Gobierno de México contó con EDEX para dar apoyo al Proyecto de incorporación de la perspectiva de género en escuelas secundarias e impulso a la política de igualdad sustantiva de género.

La colaboración con la Organización Panamericana de la Salud

Particular relevancia ha tenido para nuestro trabajo la relación que a lo largo de estas dos décadas hemos sostenido con la Organización Panamericana de la Salud (OPS). El mismo, se inició en 1994 cuando fuimos invitados a colaborar, junto con un reducido grupo de profesionales de cuatro continentes, en la elaboración del Manual para crear, utilizar y evaluar actividades y materiales preventivos. Fue esta la manera en la que OPS daba respuesta a la sugerencia de los participantes en la reunión sobre el Proyecto Niños de la Calle celebrada en Ginebra ese mismo año, acerca de la necesidad de concebir una herramienta basada en un planteamiento participativo.

Desde entonces, se sucedieron con intermitencia las oportunidades para la colaboración entre EDEX y la OPS, como la habida en el seno del grupo de trabajo que diseñara la nueva Estrategia de la Red de escuelas promotoras de salud, hasta que en 2003 tuvo lugar una muy positiva inflexión. Ese año se afianzó y formalizó tal colaboración con la firma, en Washington, del Memorándum de entendimiento EDEX-OPS. Dicho acuerdo, asistido económicamente por el Gobierno Vasco, tuvo como objeto el Refuerzo de la promoción de la salud y la educación para la salud en el ámbito escolar en América Latina y el Caribe,  y facilitó el desarrollo de una panoplia de intervenciones realizadas en alianza con Proinapsa-UIS (Colombia), Fundación Convivir (Argentina), Universidad de Los Lagos (Chile) e Instituto de Educación Popular El Abrojo (Uruguay).

Posteriormente, el Memorándum fue renovado, y prestamos asistencia técnica a la Unidad de Determinantes Sociales de la Salud de la OPS, en el marco de la iniciativa Rostros, Voces y Lugares. Lo hicimos en materia de formación en cuatro países de Centroamérica bajo el epígrafe Fortalecimiento de la alianza salud, educación y desarrollo;  realizamos producciones de comunicación educativa, como la radial El árbol de los abrazos y La Canasta de buenas prácticas para la consecución de los ODM; y elaboramos memorias multimedia, como fue el caso reciente de Experiencias de las Américas, para la 8ª Conferencia Mundial de Promoción de la Salud en todas las políticas en las Américas (Helsinki 2013).

Una casa para otras citas

A lo largo de estas dos décadas, hemos tenido ocasión de recibir en nuestra casa a numerosas organizaciones, que nos visitaron para conocer nuestro trabajo, para hacer seguimiento de los proyectos que compartíamos, o con motivo de la realización de cortos períodos de formación, como fue el caso de los profesionales de las ong argentinas Convivir y Anpuy, o las mexicanos Fundación Comunitaria Querétaro, Universidad Autónoma del Yucatán y Saber Se, entre otras muchas. Hubo ocasiones, igualmente, en las que procuramos asistencia a instituciones, como sucedió en el caso de la Banda de Música de Jardín – Ciudad Bolivar (Antioquia, Colombia), integrada por medio centenar de jóvenes, para quienes organizamos e hicimos sostenible una gira artística en el País Vasco. Y no faltaron, tampoco, las oportunidades para prestar apoyo a personas llegadas al margen de organización alguna, como sucedió con la pareja que llamó a nuestra puerta en su condición de refugiados, a quienes  acogimos y proporcionamos empleo en el seno de nuestra organización durante dos años.

De igual modo, hemos dado la bienvenida a responsables políticos, como el Intendente de Canelones y el Secretario de la Junta Nacional de Drogas (Uruguay), el Viceministro de Prevención y Rehabilitación Antidroga del Ministerio del Gobierno de Bolivia, el  Coordinador Provincial del Plan de Prevención de Mendoza (Argentina), o el Prefecto de Tres Ríos (Brasil), lo que ha contribuido notablemente a nuestro crecimiento personal, profesional e institucional.

No faltaron quienes se incorporaron como profesionales a nuestro equipo durante varios meses, mientras realizaban sus estudios de postgrado en las universidades del País Vasco y Deusto, como fueron los casos de jóvenes de Chile, Colombia y Brasil, ni tampoco quienes hicieron pasantías remuneradas durante un año, como sucedió en los casos de dos técnicos de una organización amiga; incluso tuvimos entre nosotros durante cinco años, al frente del Área de Cooperación, al que fuera hasta entonces Director de una de nuestras organizaciones contrapartes. Por último, es significativo señalar que desde hace una década forman parte de nuestra plantilla, en tareas de formación y comunicación, dos personas que no renuncian a vivir en su Bucaramanga de origen. Por el contrario, jamás hemos sentido la necesidad de tener “desplazados sobre el terreno”, quizás porque siempre pensamos que  nuestras contrapartes sabían muy bien el terreno que pisan.

Lo mucho que hemos tenido ocasión de aprender

A todos acogimos y de todos aprendimos. De profesionales de la talla de Amanda Bravo y Víctor Martínez conocimos algo de lo mucho que saben sobre Habilidades para la Vida; de expertas de la OPS, como Mª Teresa Cerqueira o Sofialeticia Morales supimos más, no únicamente sobre Promoción de la Salud, sino acerca del saber ser y del saber estar; de la mano de profesionales de la comunicación educativa, como Gladys Herrera e Iván Darío Chahín creamos apetecibles materiales didácticos y disfrutamos de la fiesta de la conversación en forma de talleres y sobremesas; de dirigentes como Cirelda Carvajal, Juan Raddamés de la Rosa, Carmen Masías, Alberto Croce, Josefa Ippolito-Shepherd, Julio Calzada, Blanca Patricia Mantilla, Carla Mella, Jorge Melguizo, Ángela Tello, Mercedes Aranguren, Diana Mena y tantas otras personas que sería largo citar, nos nutrimos de su ejemplo y amistad. De quienes fallecieron,  Leonardo Mantilla y Aníbal Morales, guardamos los mejores recuerdos. De entre las ong con las que compartimos buena parte de este largo camino, solo perdimos la amistad de una, como se lamentara García Márquez en alusión a Mario Vargas Llosa.

Cada nueva experiencia de trabajo grupal nos reitera que el camino de aprender Habilidades para la Vida se recorre a paso lento y sin un punto de destino determinado. La lentitud aparece por no tratarse de un aprendizaje inmediato y al estilo del salto con pértiga, de un solo brinco.  Además, cada día nuestro GPS personal y social se va encontrando con novedades que nos hacen cambiar de ruta, reorganizar los planes y, siempre, ir respondiendo en presente a los desafíos de la vida diaria.

Esa fue la vivencia de la semana anterior en el Cantón de Curridabat, Costa Rica. Allí estuvo EDEX, por invitación de las ocho organizaciones que promueven el proyecto de prevención de violencias en la vida de la gente joven del cantón:  Ministerio de Salud de Costa Rica, Ministerio de Educación Pública, Caja Costarricense de Seguro Social, Instituto Nacional de las mujeres, Municipalidad de Curridabat, La Fundación PANIAMOR, y la Organización Panamericana de la Salud, con el apoyo de Open Society Foundation.

Trabajamos dos días con jóvenes y tres días con las personas adultas que les acompañan en su proceso de formación en el colegio, en los centros culturales y en las organizaciones de la zona. Durante la semana caminamos paso a paso, pensando, sintiendo, actuando. Se exploró dentro de cada persona y también en el contexto en donde se vive, jugando y analizando críticamente, buscando que la semana se pareciera a la forma en que siempre las personas hemos aprendido estas habilidades, es decir socializando.

Y lo cierto es que lo logramos. Los escritos de cada persona, las palabras compartidas, los hechos colectivos de solidaridad y reflexión, entre otros, mostraron que juntos podemos aprender habilidades con intención de transformar los contextos injustos e inequitativos en los que nos desenvolvemos,  las violencias que hemos normalizado, los roles que hemos aprendido según seamos hombres o mujeres.

Mientras que el taller se iba desarrollando, al fondo del salón se gestaba una sorpresa. Allí estaba instalada el área de refrigerios y almuerzos. Cada vez que disponía de un tiempo, la mujer que tenía aquello a su cargo se sentaba y escuchaba en silencio, observaba con cuidado, pensaba, asentía, celebraba, hasta que no se aguantó más y al cerrar la sesión del jueves me dijo: “si esto lo hubiera vivido hace 20 años, no hubiera permitido lo que pasó en mi matrimonio”.

Luego, ella contó de la aceptación con que asumió el mal trato de parte de su marido, su infidelidad y descaro, las palabras con que le hacía sentir que era una mala persona, que no le merecía… Todo fue aceptado con culpa, porque sentía que no lograba ser la mujer que le pedían. Hasta que hace un año él se marchó y ella quedó deprimida, sintiendo que no tenía cómo seguir viviendo después de haber defraudado a su esposo, de no haber podido ser mujer y esposa de la forma en que la enseñaron.  Sus hijas, ya mayores, lograron cubrirla de fuerza y afecto, la sacaron de la cama, le ofrecieron confianza y así, poco a poco, se pudo desprender de esa relación de más de 20 años.

A lo largo del taller observó a las personas jóvenes y adultas aprendiendo a conocerse, a fijar límites en las relaciones, a expresar afecto, a dudar de la violencia y el sufrimiento como destino, dispuestas a emprender juntas cambios que permitan establecer mejores relaciones, más equidad y, sobre todo, derechos. Le pedí que me dejara grabar sus palabras y algunas de ellas se pueden escuchar acá: [youtube]http://youtu.be/X4FhSIgJXCo[/youtube]

Fue una grata sorpresa saber que esta mujer estuvo caminando con nosotros en el aprendizaje. Nos hizo notar que las habilidades tienen poder de contagio, que cuando una persona ve a otra que ha emprendido el reto de fortalecer sus habilidades, siente deseos de sumarse, que cuando aparece un cambio en el contexto a manera de oportunidad para expresarnos, para conocernos, se acepta con gusto, se responde positivamente a la invitación de caminar juntos y transformar aquello que impide que cada ser florezca en plenitud.

En Curridabat, Costa Rica, hay ahora un colectivo juvenil, un colectivo docente y un colectivo institucional (y una emprendedora mujer que atiende eventos), dispuestos a contagiar límites a la violencia, a propagar la equidad en las relaciones, la creatividad para relacionarnos sin prejuicios, comprendiendo que el reto no es tener privilegios sino derechos. Intuyo que ese contagio producirá pequeños cambios en el contexto que irán poniendo en duda las formas en que nos violentamos e invitando a relacionarnos en forma asertiva. Bienvenidos tales contagios, nos faltan con urgencia.

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