Para nosotros como Escuela Iberoamericana de Habilidades para la Vida, fue una gran novedad encontrarnos con un grupo empeñado en fortalecer procesos productivos comunitarios, conformado por personas de ocupaciones tan diversas, en medio del llano colombiano, una zona que trabaja intensamente para ser constructora y protagonista de la paz que el país busca. Un desafío que asumimos con deseo.
Cálido y cercano
El calor fue intenso, como suele ser en esta zona del país, llegando a 35 grados centígrados al mediodía y a la sombra. En círculo, con calidez y durante 16 horas, estuvimos aprendiendo 4 de las habilidades: autoconocimiento, comportamiento creativo, manejo de problemas y conflictos y manejo de emociones y sentimientos. Nadie estuvo sentado escuchando, por el contrario, todos en movimiento: observando imágenes, revisando videos, escribiendo, jugando, explorando, bailando, masajeando, pintando, reflexionando, debatiendo, sonriendo y, claro, sudando. Fue un intenso entrenamiento práctico, salpicado con momentos de pausa y análisis para poner en limpio lo aprendido.
Lo que hicimos fue “usar” el aprendizaje de las habilidades para fortalecer algunos desafíos que los procesos comunitarios habían identificado: la mejora de la propia estima, el aumento de la confianza en sí mismos, la capacidad de emprender, el liderazgo democrático y la convivencia.
Fue muy interesante conectar con estos procesos que contemplan la formación de capacidades como algo más que lo técnico relacionado con el tema del emprendimiento. El grupo valoró como un acierto de la Agencia Alemana de Cooperación internacional GIZ el no perder de vista que siempre, en cualquier contexto, somos seres humanos, conviviendo, creciendo juntos, que además de conocimiento “duro” sobre el tema del proyecto, también requerimos las llamadas “habilidades blandas”. Quisimos dejar constancia de esta experiencia construyendo una memoria que mezclara conocimientos, fotos, testimonios y vivencias. Puede descargarla de acá: VIVA LA MEMORIA Web
Palabras significativas
Cerramos el taller con un buen sabor de boca. Las personas asistentes nos lo hicieron saber con testimonios que hablan de la variedad de aprendizajes que cocinamos, como:
En EDEX seguimos aprendiendo que las habilidades tienen sentido y cabida en muchos escenarios de la vida humana, en contextos distintos, porque nos refuerzan la capacidad personal y colectiva de transformar lo que nos pasa en la vida, los contextos en donde vivimos.