Educar para vivir, educar para convivir.
rostros emocionesCuando nos reunimos con familiares y amigos, un poco en broma y otro poco en serio, tienen cuidado de contar, delante de Iván y Gladys, sus historias porque dicen que solemos publicarlas. Y es cierto. Por ejemplo, los cinco personajes que protagonizan la estrategia educativa “Retomemos”, dirigida a chicas y chicos adolescentes, se parecen mucho a nuestras sobrinas y sobrinos, a nuestra hija y a todas esas vivencias que ha sido inevitable escuchar y que nos han servido de inspiración para varios materiales educativos que tienen al relato como eje principal. Ya lo decía García Márquez: “la realidad supera la fantasía”. Eso mismo le ha sucedido a Pete Docter. Cuando comenzó a notar cambios en su hija de 11 años, inició también la producción de “Inside out” (Intensamente, en Hispanoamérica y Del Revés, en España), el film de Pixar y Disney que ha dirigido y que nos ha permitido tener en el cine un relato donde la alegría, la tristeza, el miedo, la ira y el disgusto, son las voces cantantes que están dentro de la mente de Riley, la niña protagonista.

Antes que nada, les invito a ver la película en mención y, por supuesto, también, a conocer nuestra serie, que tiene protagonistas parecidos: la indecisión, con Isa, la indecisa, a la cabeza; las broncas, con Darío, el de los líos, como su representante; la mentira, en la figura de Rosa, la mentirosa; la tranquilidad, con el nombre de Beto, el coqueto y, la impulsividad, con el de Lida, la atrevida.

A continuación les comparto tres ideas que se reiteran en estas dos producciones que nos sirven para aproximarnos al manejo de las emociones y los sentimientos, una de las 10 Habilidades para la Vida que EDEX promueve en sus programas educativos y ofertas de formación:

  1. Foto de grupo: Como sucede con los alimentos, no vale la pena dejar por fuera de la foto a ninguna de las emociones. Todas hacen parte de nuestra capacidad de sentir, cada una aporta una función necesaria en un momento dado. Precisamente, nuestra salud física y mental nos pone el reto de hacer turismo por todas sin quedarnos a vivir, por siempre, en ninguna de ellas. Comer de todas, un poco y no de una sola todo el tiempo. Si nos detenemos a revisar cómo son, emocionalmente, nuestras semanas o meses, como lo hacemos un par de días en el Curso digital que EDEX ofrece, tendremos una información valiosa sobre nosotros mismos que nos ayudará a comprender y a transformar nuestras maneras de ser y de relacionarnos. Por eso me agrada encontrar en el film de Docter a una tristeza que tiene su gracia, que sabe hacer bromas y que moviliza a la acción a Riley. Tanto agrado como el que nos produce Rosa la mentirosa, cuando es capaz de decir “la verdad”. Las emociones también nos reclaman ser valoradas más allá del bien o del mal.
  2. No verbales: Damos mucha importancia a las palabras, que representan el 7% del lenguaje, y muy poca al 93% restante conformado por gestos, posturas y tonalidades. El cuerpo suele, con frecuencia, decirnos, a gritos, que está cansado, triste, enojado y, sin embargo, no lo atendemos. Las emociones se comunican, casi siempre, sin palabras, a punta de señales que necesitamos aprender a leer. En algunas escuelas de Canadá se valen de bebés del barrio para aprenderlo. Sirven de “laboratorio” para los estudiantes. Observando cuidadosa y curiosamente todos sus movimientos y expresiones encuentran las causas de sus molestias, tristezas o cansancios. Así amplían su “vocabulario emocional” con el que podrán explorar, en primer lugar, sus propias emociones y sentimientos para luego leer también los de las demás personas. El reto, en este segundo aspecto es lograr relacionar la correspondencia que existe entre la emoción corporeizada y la necesidad que se esconde tras de ella: protección, descanso, compañía, consuelo, libertad, valoración, respeto, etc.
  3. Con todo el cerebro: Más de una persona estará pensando que las emociones nos engañan, que es mejor actuar con la razón y no con el corazón. Sin embargo, para qué empeñarnos en dejar de usar una parte del cerebro, pudiendo usarlo completo. Tan peligrosas pueden ser las actuaciones de una persona que no razona, como las de otra que no siente. Nuestro cerebro lo conforman estas dos mentes y por eso podemos ser las dos cosas a la vez: “senti-pensantes”, como lo escribía con poesía el uruguayo Eduardo Galeano. O mejor aún, senti-pensantes-actuantes. Las emociones son más veloces que las razones, éstas se toman más tiempo y habrá que aprender a esperarlas. Ese disponernos a explorar, con frecuencia, cómo estamos emocionalmente, es, precisamente, hacer uso de la razón para ponernos nuevas metas. Somos educables y podemos modificar nuestros estados emocionales: “¿mucha tristeza?…vamos a ver…cuál será el motivo, investiguemos, no podemos seguir así”, etc., etc.

En eso andamos en Fundación EDEX, a través de nuestros proyectos y de nuestra Escuela Iberoamericana de Habilidades para la Vida. Nos emociona apostar por la promoción del bienestar social y personal a partir de la promoción de la inteligencia (que es emocional y racional), así, completa.


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