Educar para vivir, educar para convivir.
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Web-Cuentos3Los cuentos que protagonizan Yolanda, Javier, Marta, Héctor y Sergio llevan 15 años viajando en audios y videos. Lo han hecho a través de estaciones de radio tanto de España como de América y a través de televisiones de varios países en forma de dibujo animado. También, han sido escuchados, debatidos y reinventados por niñas y niños de aquí y de allá. Estos mismos relatos han llegado también a las escuelas de uno y otro lado del Atlántico, se han metido a las aulas y han creado condiciones para aprender de hábitos saludables y de Habilidades para la Vida. En esta publicación les contamos cómo ha sucedido y qué es lo que el material ofrece a quienes hacen educación en ámbitos formales e informales.

Algo pasa en la escuela

 En los Cuentos para conversar va a encontrar historias cotidianas: un amigo que quiere copiar la tarea de su compañera; otro que come más de la cuenta; alguno al que le molestan por tener los dientes grandes; aquella a la que le tocan su cuerpo mientras va en un autobús; uno que permanece solo y bajo llave en casa; otra que enferma y no puede ir a la escuela, y no falta quien pide a su papá que le ayude en las tareas. Situaciones comunes y corrientes, propias de la vida de muchas niñas y niños. Son 44 historias contadas en un máximo 3 minutos, de las cuales 38 están en dibujo animado, y pueden verse en el canal correspondiente de tv.edex.

Una vez que el relato es visto o escuchado, algo pasa en el salón de clases. Niñas y niños empiezan a recordar situaciones similares que han vivido; relacionan el relato con algo que sintieron, que no fue igual pero se le parece; hay quien no se aguanta las ganas y decide conversarla con quien tiene cerca.

Lo que parece y es un acto divertido y relajado (escuchar historias en un salón de clases) se transforma en la oportunidad de que la vida cotidiana ingrese al aula, para que niñas y niños empiecen a comentar lo que les pasa y a aprender de ello. Lo hacen en forma significativa al recordar, relacionar y conversar sus propias situaciones. A veces lo comentan en voz alta, delante de todo el grupo. Otras veces lo hacen en silencio, escribiendo en su cuaderno. Algunas más lo comparten en parejas, en pequeños grupos.

En esos momentos la persona docente escucha el doble de lo que habla; propone actividades, facilita que la conversación fluya para que niñas y niños le encuentren sentido a los hábitos saludables y fortalezcan sus Habilidades para la Vida. Por ejemplo, a veces aprenden por qué tiene sentido lavarse los dientes; otras veces aprenden cómo y cuándo pedir ayuda. Escuchándose, aprenden a solidarizarse, a comprenderse mejor, a conectar mejor consigo y con las demás personas. Esta información ayuda a sus docentes a conocerles mejor: quiénes son, qué piensan, qué sienten, cómo viven.

Cómo ponerlo en marcha

No hay magia para lograr este tipo de aprendizajes, lo que se hace es mezclar diversos elementos: por un lado, las historias que se narran con algunas ideas y ejercicios lúdicos asociados a cada una de ellas que vienen en la Guía didáctica que acompaña el estuche con el disco. Esto toma forma y color propio cuando cada persona docente le agrega su energía, experiencia y creatividad. La “fórmula” se completa con la participación activa de niñas y niños. El resultado: espacios cargados de buena energía para hablar, para aprender unas personas de otras y con otras.


0 Comentarios | "Los “Cuentos para conversar” encuentran eco en los salones de clase"

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